jueves, 15 de junio de 2017

PSICOLOGÍA, UN INGREDIENTE IMPORTANTE EN TU DIETA



Llega la temporada de la famosa “operación bikini”, mujeres y hombres locos cuidando su alimentación para lucir figura en el verano. Hacer dieta, se ha convertido en la preocupación de los más jóvenes incluso. En algunos casos, termina convirtiéndose en un reto difícil de conseguir, ya que se hacen barbaridades de última hora, que lo único que consiguen es provocar problemas de autoestima y de afrontamiento.

¿Cómo te ayuda un psicólogo en tu dieta?

En primer lugar, se interesa por saber cuáles son tus hábitos y actitudes ante la comida, el peso y tu imagen corporal (qué has intentado poner en práctica ya, tu situación pasada y actual, apoyo social con el que cuentas…).

Además, te ayudará a identificar qué creencias falsas te empujan a seguir estilos de vida poco saludables. En este punto es dónde se identifican, en el caso de que exista, algún tipo de trastorno alimentario.

El objetivo principalmente, será ayudar al paciente a desarrollar habilidades de afrontamiento que se dirijan a un estilo de vida saludable, incluyendo cambios en la rutina diaria y cambios en los pensamientos negativos que impiden hacer un adecuado seguimiento de la dieta.

Es importante identificar qué está sucediendo emocionalmente para que resulte una pesadilla realizar una dieta. De ahí que sea imprescindible contar con buenos profesionales expertos en la materia: nutrición y dietética, medicina y psicología para iniciar un proceso de alimentación diferente y más saludable.




jueves, 20 de abril de 2017

¿QUÉ ES EL CYBERBULLYING O CIBERACOSO?



En la última década se ha asistido a un notable incremento del interés de la comunidad educativa por investigar y erradicar el cyberbullying, una nueva forma de maltrato e intimidación entre iguales.

Se ha definido el ciberacoso o cyberbullying como aquel tipo de acoso protagonizado por parte de un individuo o grupo que, mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC): teléfonos móviles, correo electrónico, redes sociales, etc., agrede deliberada y reiteradamente a alguien que no puede defenderse fácilmente por sí mismo.


A pesar de las semejanzas con el bullying tradicional (acoso escolar), se diferencian en algunos aspectos. El primero de ellos es el mayor alcance del cyberbullying. Con un solo click un alumno puede difundir un falso rumor a miles de personas en la red, mientras que en el acoso tradicional, por su carácter presencial, el alcance de dicho rumor está más restringido.


En segundo lugar, la imposibilidad de la víctima de escapar de la situación de intimidación. El acoso tradicional se limita básicamente al tiempo que alumno pasa en el entorno escolar, en el cyberbullying, el acoso puede continuar las 24 horas esté o no el alumno en el centro educativo.

En tercer lugar, el cyberbullying no es una experiencia cara a cara, el agresor no tiene que exponerse físicamente a la víctima, además de poder utilizar pseudónimos en la red. Todo esto le permite actuar en el anonimato. El contenido del acoso electrónico puede ser imperecedero o difícil de eliminar, por lo que la víctima puede estar reviviendo una y otra vez la situación de victimización, situándola en una situación de mayor vulnerabilidad.


Los distintos estudios realizados sobre la prevalencia, parecen apuntar a un repunte en la pre-adolescencia. Y respecto al género, las chicas son más acosadas que los chicos.

El cyberbullying tiene consecuencias graves para todos los implicados, al encontrarse un mayor riesgo de sufrir desajustes psicosociales y trastornos psicopatológicos en la adolescencia y la vida adulta. 

Destacan sentimientos de ansiedad, depresión, indefensión, tristeza, baja autoestima, ideación suicida; así como, bajo rendimiento académico y absentismo escolar.


domingo, 15 de enero de 2017

INTELIGENCIA EMOCIONAL

Como seres humanos, tenemos el compromiso propio y con la sociedad de desarrollar nuestra inteligencia emocional, y es que nuestras emociones no siempre van a nuestro favor. El punto de desequilibrio ocurre cuando emociones como el miedo, la ira o la tristeza, tan necesarias para la supervivencia del ser humano, nos desbordan y nos impiden realizar aquello que realmente queremos.

¿Cómo influye ese desconocimiento emocional en niños y adolescentes?
Muchos problemas de conducta y bajo rendimiento académico tienen su origen en problemáticas de tipo emocional y no en falta de capacidad cognitiva. Además de desarrollar la capacidad cognitiva en niños y adolescentes, la inteligencia emocional hay que educarla y desarrollarla desde pequeños. Que el ser humano aprenda la capacidad de regular sus emociones, saberlas expresar y servirse de ellas para sentirse mejor, es imprescindible para convivir mejor con los demás y consigo mismo.
Las emociones afectan al aprendizaje. Muchos jóvenes se pueden bloquear por una ansiedad o nervios ante un examen y no poder demostrar lo que saben; otros tienen miedo a una asignatura o escuchan rumores sobre algún profesor y se enfrentan a su aprendizaje de forma deficitaria. Es decir, hay mucha interferencia de las emociones en la conducta y en el aprendizaje. Pero dándoles herramientas para conocer sus emociones y manejarlas se evitarían algunos problemas.
Otro ejemplo sería el bullying. No solo hay que trabajar con el niño que utiliza comportamientos violentos para humillar o maltratar a otros (acosador); también hay que fortalecer al niño acosado, dándole herramientas para manejar esas situaciones, generando en ellos la resiliencia, la capacidad de enfrentarse a situaciones difíciles.
Nuestros adolescentes al poner en práctica estas herramientas de manejo emocional y ver que les funcionan, las mantendrán y ellos mismos se motivarán y las convertirán en un hábito.



¿Quieres desarrollar tu inteligencia emocional?